¿Puedo permanecer sereno en mi interior frente a los retos de mi día a día?
¿Puedo permanecer sereno en mi interior frente a los juicios de los demás?
¿Puedo permanecer sereno en mi interior frente a los halagos?
¿Puedo permanecer sereno en mi interior frente a mis errores?
¿Puedo permanecer sereno en mi interior frente a las dudas y a los miedos que brotan en mí?
¿Puedo permanecer sereno en mi interior frente a mis limitaciones?
¿Puedo permanecer sereno en mi interior cuando ya no sé qué hacer para avanzar?
¿Puedo permanecer sereno en mi interior frente a mis objetivos cuando no tengo ni la menor idea de cómo voy a hacer para alcanzarlos?
¿Puedo permanecer sereno en mi interior en la soledad?
¿Puedo permanecer sereno en mi interior frente a un futuro incierto?
¿Puedo permanecer sereno en mi interior frente a la inconstancia de la Vida?
Y finalmente, como dice Kipling:
«Si puedes ser amante sin que el amor te anule,
Si puedes ser de hierro sin perder la ternura,
Y, aun sintiéndote odiado, sin caer tú en el odio,
luchar y defenderte contra viento y marea.»
Si la respuesta es que sí, ¡entonces estás en conexión con tu poder personal!
A mi entender, este magnífico poema de Kipling nos transmite con limpidez todos los matices y sutilezas de nuestra Fuerza interior, a la que llamamos nuestro poder personal.
Jean-Guillaume
Serás un hombre, hijo mío…
Si puedes ver destruida la obra de tu vida
y, sin decir palabra, levantarla de nuevo,
o perder de un envite lo ganado en cien lances
sin hacer ningún gesto ni exhalar un suspiro;
Si puedes ser amante sin que el amor te anule,
si puedes ser de hierro sin perder la ternura
y, aun sintiéndote odiado, sin caer tú en el odio,
defenderte y luchar contra viento y marea;
Si puedes soportar escuchar tus palabras
trastocadas por ruines para oídos de crédulos,
y oír que necias bocas te calumnian mendaces
sin proferir tú mismo una sola mentira;
Si puedes ser muy digno sin dejar de ser pueblo,
y seguir siendo pueblo rodeado de reyes
y si puedes amar amigos como hermanos,
sin que ninguno sea tu universo completo;
Si sabes meditar, si observas y conoces
sin volverte jamás derrotista o escéptico,
si sueñas sin dejar que tu sueño te anule,
si piensas y eres más que un simple pensador;
Si puede tu dureza no llenarse de ira,
si puedes ser valiente sin imprudencia alguna,
si tu discreción sabe ser buena y ser prudente
sin verter moralina y sin pedantería;
Si puedes afrontar Triunfos y Derrotas
y recibir a ambos con la misma sonrisa,
si puedes mantener valentía y buen juicio
cuando a tu lado todos los demás se extravían,
Reyes, Dioses, Fortuna y también la Victoria
serán esclavos tuyos y te estarán sumisos.
Y, cosa más preciada que Reyes y que Glorias:
–R.KIPLING
[Adaptación realizada en español por Susana Cantero a partir de la versión francesa del poema]